domingo, 24 de mayo de 2009

"Historias del Reino". Artículo de opinión de Margarita Torres contra la línea de alta tensión Sama-Velilla

Una compañera de la Plataforma creada contra el proyecto de línea de alta tensión Sama-Velilla, en León (del que ya hablamos con anterioridad dadas las enormes similitudes con respecto al que a nosotros nos afecta) nos ha mandado el siguiente artículo, publicado en el Diario de León por Margarita Torres (Cronista Oficial de León —la primera mujer en la ciudad de León que ostenta este cargo—, catedrática de Historia Antigua, escritora y profesora titular de Historia Medieval en Universidad de León). Hemos querido recogerlo aquí en solidaridad con nuestros compañeros leoneses y porque, como puede verse, sus palabras (magníficas) son perfectamente trasladables a nuestro conflicto (y a todos los que siembran la geografía peninsular de líneas asesinas).

Una companya de la Plataforma creada contra el projecte de línia d'alta tensió Sama-Velilla, en León (del que ja parlem amb anterioritat a causa de les enormes similituds pel que fa al que a nosaltres ens afecta) ens ha manat el següent article, publicat en el Diario de León per Margarita Torres (Cronista Oficial de León —la primera dona en la ciutat de León que ostenta aquest càrrec—, catedràtica d'Història Antiga, escriptora i professora titular d'Història Medieval en Universitat de León). Hem volgut recollir-lo aquí en solidaritat amb els nostres companys lleonesos i perquè, com pot veure's, les seves paraules (magnífiques) són perfectament traslladables al nostre conflicte (i a tots els quals sembren la geografia peninsular de línies assassines).

HISTORIAS DEL REINO | MARGARITA TORRES

Por miserables continúa defendiéndose lo indefendible: la construcción de la muerte transportada en torres de muy alta tensión que clavetearán la madera de los bosques leoneses de nuestra montaña hasta convertirla en ataúd. Un ataúd donde no cabrán tantos restos y despojos, surgidos de una tierra que la UNESCO protege como Reserva de la Biosfera, pero que a cuatro interesados y a otros tantos desinteresados, les importa un chumino con tal de que se haga por susceptibles que se muestren los leoneses. Se trata de un golpe de esos que, encima, quieren que aceptemos. Como cuando buscaron convencer a María Antonieta que la mejor solución a los males que la aquejaban era Madamme La Guillotine. Aquí, como quienes deciden por nosotros nos consideran de boina a rosca, entrepierna con mosca y mente tosca, tal vez ni siquiera gasten sus esfuerzos en tamaño ingenio diabólico. Quizás, por aquello de la proximidad conceptual, gusten más de la silla eléctrica o del peninsular garrote vil, que tan buen resultado le dio a ese bendito monarca de nombre Fernando, séptimo de tal sucesión.
Absolutistas cual Fernando VII se muestran los que pretenden imponer su trazado desde Lada a Velilla, amantes del garrote los que buscan silenciar las voces que nacen de las gargantas todavía libres que quedan en esta tierra moribunda, imperialistas quienes utilizan el argumento económico de su propio beneficio en detrimento del bien común, del futuro de nuestros hijos y de esta tierra, cobardes y miserables los que abandonan a los indefensos.
Cuarenta kilómetros de largo por cuarenta metros de ancho, torres de setenta metros. Unas empresas hoy privadas, antaño públicas, que justifican la necesidad de evacuar la energía entre ambos puntos. En 2007, ecologistas asturianos atacaban esta sinrazón y exponían que el Principado y León ya se hallan interconectados por tres líneas de alta tensión capaces de soportar la exportación de energía. La propia Red Eléctrica, que aboga por la Lada-Velilla, reconoce que estos tres cauces tienen escaso nivel de saturación.
En 2001 la entonces Consejera del ramo, Silvia Clemente trasladaba a las cortes «la oposición rotunda del Gobierno Regional a la ejecución de esta obra». Añadía que la autorización primera del trazado adolecía de «importantes vicios de tramitación». El 6 junio de 2005, el Director General de Medio Natural, Mariano Torre, aseguraba en León que la Autonomía no se opondría porque, si el tendido era necesario «tiene que pasar por algún sitio». Ahora, en mayo de 2009, las asociaciones ecologistas mantienen la llama de la reivindicación y la justicia, Red Eléctrica se sigue comportando de la misma manera que era costumbre en las empresas anteriores a 1975. Mi Silvia Clemente se me apoltronó en Agricultura, y nadie desde el gobierno autonómico mantiene lo que en 2001 ella defendía: la oposición rotunda a la construcción de la Lada-Velilla. ¿Qué ha cambiado? En Cataluña, excesos medioambientales de similar calado fueron desestimados después de una feroz resistencia de sus autoridades regionales. Ojalá fuéramos catalanes o vallisoletanos. ¿Y hemos de creernos que temen a León? A otro felino con esa carroña.

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