miércoles, 17 de marzo de 2010
A vueltas con la necesidad de "mallar" el territorio
El pasado domingo exponíamos en este blog nuestra opinión (mejor sería decir indignación) ante la miserable campaña mediática nacida de resultas del desastroso apagón sufrido en Catalunya tras el último temporal de nieve del invierno, con la cual y, aunque parezca increible, se pretende echar las culpas del desastre nada más y nada menos que a los ayuntamientos y ciudadanos que, en defensa de su tierra, su salud y su patrimonio, vienen luchando contra la tristemente famosa MAT de Girona.
Pues bien, parece que ni nuestra indignación ni nuestras voces (la de este blog y la de los de nuestros compañeros de otros territorios) pueden frenar a la máquina mediática cuando se pone a propagar consignas interesadas, aunque estas resulten falacias monumentales y tengan la poca o nula vergüenza de acabar convirtiendo en culpables a las víctimas (en algunos casos dobles víctimas de sus líneas de alta tensión y de su incompetencia y negligencia a la hora de mantener el servicio que cobran religiosamente a precio de oro). Por ello, creemos necesario replantearnos todo este asunto llevándolo más allá del derecho a expresar nuestra indignación que, como vemos, pese a estar sólidamente argumentada y apoyada en razones de peso, sirve de muy poco en un estado "presuntamente" democrático.
No dudamos de que la táctica de acusar a los opositores a sus líneas de alta tensión del desastre causado por su desmedida avaricia y su consecuente negligencia persigue en primer término desarticular nuestros respectivos movimientos de oposición a las diversas autopistas eléctricas y MAT proyectadas en España, presentándonos ante la opinión pública como una especie de enemigos públicos, con lo que al tiempo que se nos demoniza se oculta nuestra condición de víctimas de sus intereses económicos (la verdad es que su política de desinformación y propaganda es de manual y sigue al pie de la letra los 11 principios de Goebbels, el ideario del nazismo que estableció aquello de que una mentira repetida acaba por convertirse en una verdad); pero, si somos capaces de sobreponernos a la enorme indignación que nos hacen padecer con sus mentiras interesadas, podremos darnos cuenta de que también están encaminadas (quizá esta sea la verdadera razón de su campaña) a ocultar su responsabilidad en el desastre y con ello, por supuesto, sus consecuencias, que podrían llegar a ser de orden penal.
Para hacerse una idea cabal del alcance de la culpabilidad de ENDESA (que, lógicamente, debe hacerse extensiva a REESA, como empresa encargada del transporte de la electricidad, y a los gobernantes que se suman al coro de sus consignas para encubrirles y ocultar así su propia responsabilidad política) pueden servir las declaraciones que esta mañana hacía en el programa de Catalunya Radio, presentado por Manuel Fuentes, un técnico de una empresa subcontratada por FECSA-ENDESA, que declaraba, con la credibilidad y autoridad que le otorga su trabajo a pie de obra en el mantenimiento de la red electrica de Girona, que desde hace más de dos años tienen la orden de no realizar el mantenimiento en la red eléctrica de Girona (¡). Según este técnico, aunque realizan trabajos puntuales, que, eso sí, no alcanzan a gran parte de las instalaciones existentes, da la casualidad de que la mayoría de las torres que cayeron durante el temporal de nieve estaban totalmente oxidadas y que, en definitiva, este poco o nulo mantenimiento es lo que ha provocado su caída. Por añadidura comentaba este técnico que la vida real de estas instalaciones es de cuarenta años, cifra al parecer alcanzada y, en algunos casos, superada en las instalaciones que se colapsaron con la nevada.
Tras semejantes declaraciones de alguien que nada tiene que ganar con ellas y que ofrece datos de primera mano, solo puede concluirse lo que algunos medios ya apuntaban (eso sí, sin dejar de dar cabida a las consabidas consignas goebbelianas de la necesidad de la MAT y del mallado del territorio), esto es, que la causa del desastre se debe en primer término y de manera principal a la negligencia de unas empresas que incumplieron sus obligaciones permitiendo un estado lamentable de la red eléctrica con el único fin (suponemos) de incrementar sus ya de por si pingües beneficios.
Y ante semejante situación, como ya sugeríamos antes, ¿debe quedarse nuestra respuesta en una mera actitud defensiva mostrando nuestra indignación por el hecho de que se nos quiera cargar una culpa que solo a ellos es achacable? Es evidente que no. Es más, creemos que ha llegado ya el tiempo de hacer honor al manifiesto que firmábamos en Tremp hace ya más de un año, en el cual nos comprometíamos a luchar no solo por nuestros intereses particulares en contra de la Autopista Eléctrica Monzón-Isona, sino también en favor de una nueva cultura de la energía.
En consecuencia nuestra postura ante sus infames y falaces acusaciones debería ser la de promover un proceso que determine sus responsabilidades (probablemente de carácter penal), con el fin de hacer prevalecer ante todo la verdad, pero también de que quienes han favorecido o permitido una falta de mantenimiento en las líneas eléctricas puestas por el Estado bajo su responsabilidad paguen por sus faltas y delitos como es de ley.
Como mínimo, deberían replantearse en este momento las privatizaciones que pusieron un servicio público en manos de empresas que, como parece demostrarse, no han cumplido con las obligaciones que esta concesión (por cierto más que generosa) conllevaba.
Piden el mallado del territorio con sus cables asesinos de 400.000 voltios. Nosotros pedimos el mallado de los responsables con las rejas que la justicia destina a los que por negligencia o de manera deliberada dañan a la sociedad a la que deberían servir.
Diumenge passat exposàvem en aquest blog la nostra opinió (millor seria dir indignació) davant la miserable campanya mediàtica nascuda a causa de la desastrosa apagada soferta a Catalunya després de l'últim temporal de neu de l'hivern, amb la qual i, encara que sembli increible, es pretén donar les culpes del desastre ni més ni menys que als ajuntaments i ciutadans que, en defensa de la seva terra, la seva salut i el seu patrimoni, estan lluitant contra la tristament famosa MAT de Girona.
Doncs bé, sembla que ni la nostra indignació ni les nostres veus (la d'aquest blog i la dels nostres companys d'altres territoris) poden frenar la màquina mediàtica quan es posa a propagar consignes interessades, encara que aquestes resultin fal·làcies monumentals i tinguin la poca o nul·la vergonya d'acabar convertint en culpables les víctimes (en alguns casos dobles víctimes de les seves línies d'alta tensió i de la seva incompetència i negligència a l'hora de mantenir el servei que cobren religiosament a preu d'or). Per això, creiem necessari replantejar-nos tot aquest assumpte duent-lo més enllà del dret a expressar la nostra indignació que, com veiem, malgrat estar sòlidament argumentada i recolzada en raons de pes, serveix de molt poc en un estat "presumptament" democràtic.
No dubtem que la tàctica d'acusar als opositors a les seves línies d'alta tensió del desastre causat per la seva desmesurada avarícia i la seva conseqüent negligència persegueix en primer terme desarticular els nostres respectius moviments d'oposició a les diverses autopistes elèctriques i MAT projectades a Espanya, presentant-nos davant l'opinió pública com una espècie d'enemics públics, amb lo que al mateix temps que se'ns demoniza s'oculta la nostra condició de víctimes dels seus interessos econòmics (la veritat és que la seva política de desinformació i propaganda és de manual i segueix al peu de la lletra els 11 principis de Goebbels, l'ideari del nazisme que va establir allò que una mentida repetida acaba per convertir-se en una veritat); però, si som capaces de sobreposar-nos a l'enorme indignació que ens fan patir amb les seves mentides interessades, podrem adonar-nos que també estan encaminades (potser aquesta sigui la veritable raó de la seva campanya) a ocultar la seva responsabilitat en el desastre i amb això, per descomptat, les seves conseqüències, que podrien arribar a ésser d'ordre penal.
Per fer-se una idea total de l'abast de la culpabilitat d'ENDESA (que, lògicament, ha de fer-se extensiva a REESA, com empresa encarregada del transport de l'electricitat, i als governants que se sumen al cor de les seves consignes per a encobrir-los i ocultar així la seva pròpia responsabilitat política) poden servir les declaracions que aquest matí feia en el programa de Catalunya Ràdio, presentat per Manuel Fuentes, un tècnic d'una empresa subcontratada per FECSA-ENDESA, que declarava, amb la credibilitat i autoritat que li atorga el seu treball a peu d'obra en el manteniment de la xarxa electrica de Girona, que des de fa més de dos anys tenen l'ordre de no realitzar el manteniment en la xarxa elèctrica de Girona (!). Segons aquest tècnic, encara que realitzen treballs puntuals, que, això sí, no arriben a a gran part de les instal·lacions existents, dóna la casualitat que la majoria de les torres que van caure durant el temporal de neu estaven totalment oxidades i que, en definitiva, aquest poc o nul manteniment és el que ha provocat la seva caiguda. Com afegitorcomentava aquest tècnic que la vida real d'aquestes instal·lacions és de quaranta anys, xifra pel que sembla arribada i, en alguns casos, superada en les instal·lacions que es van col·lapsar amb la nevada.
Després de les declaracions d'algú que no hi ha de guanyar fent-les i que oferix dades de primera mà, només es pot concloure el que alguns mitjans ja apuntaven (això sí, sense deixar de donar cabuda a les ven sabudes consignes goebbelianas de la necessitat de la MAT i del mallat del territori), això és, que la causa del desastre es deguda en primer terme i de manera principal a la negligència d'unes empreses que van incomplir les seves obligacions permetent un estat lamentable de la xarxa elèctrica amb l'única finalitat (suposem) d'incrementar els seus ja de per si grassos beneficis.
I davant d'aquesta situació, com ja suggeríem abans, ha de quedar-se la nostra resposta en una simple actitud defensiva mostrant la nostra indignació pel fet que se'ns vulgui carregar una culpa que només a ells és achacable? És evident que no. És més, creiem que ha arribat ja el temps de fer honor al manifest que signàvem a Tremp fa ja més d'un any, en el qual ens comprometíem a lluitar no solament pels nostres interessos particulars en contra de l'Autopista Elèctrica Montsó-Isona, sinó també en favor d'una nova cultura de l'energia. En conseqüència la nostra postura davant les seves infames i falses acusacions hauria de ser la de promoure un procés que determini les seves responsabilitats (probablement de caràcter penal), amb la finalitat de fer prevaldre abans de tot la veritat, però també que qui ha afavorit o permès una falta de manteniment en les línies elèctriques posades per l'Estat sota la seu responsabilitat paguin per les seves faltes i delictes com és de llei.
Com a mínim, haurien de replantejar-se en aquest moment les privatitzacions que van posar un servei públic en mans d'empreses que, com sembla demostrar-se, no han complert amb les obligacions que aquesta concessió (per cert més que generosa) comportava.
Demanen el mallat del territori amb els seus cables assassins de 400.000 volts. Nosaltres demanem el mallat dels responsables amb les reixes que la justícia destina als qui per negligència o de manera deliberada danyen a la societat a la qual haurien de servir.
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