Indignados ante la intensa campaña de los medios de prensa que representan los intereses de las élites aragonesas, aprovechándose cínica y torticeramente del apagón del pasado 28 de abril para crear un estado de opinión favorable a las interconexiones eléctricas transpirenaicas con Francia, nuestra plataforma, junto a la plataforma hermana Interkonexio Elektrikorik Ez!!! de Gatika (con la que en el pasado creamos la Red de Apoyo Mutuo en respuesta a los Megaproyectos Energéticos) hemos elaborado el siguiente comunicado:
El apagón y el espejismo de las interconexiones: apagando el fuego con gasolina
Con el histórico apagón eléctrico del 28 de
abril, del que todavía no se han identificado ni explicado sus causas, han
regresado las derivas mediáticas y de intereses económicos ofreciendo
soluciones que son espejismos, como aumentar las interconexiones eléctricas con
Francia.
Los lobbies
eléctricos repiten a menudo (como si repitiéndolo lo convirtiesen en verdad)
que faltaría capacidad de interconexión eléctrica con Francia, que sería solo
del 3 %. Pero esta cifra se ha calculado errónea y deliberadamente sobre la
potencia instalada (lo que técnicamente tiene poco sentido). Además, esta ha
aumentado considerablemente en estos últimos años (por la avalancha de mega
centrales eólicas y solares) hasta los 132 GW, bajando así artificialmente la
tasa de interconexión. De hecho, habría que calcular la capacidad de
interconexión a partir de la demanda punta (la que podría necesitar un eventual
apoyo de interconexiones), que es
de 38 GW (27 GW justo antes del apagón). En realidad, las diez líneas de
interconexión ya existentes con Francia tienen una capacidad real de 3,8 GW
(REE[1]),
o una tasa del 10 % de la demanda (7 puntos más de lo que dicen), con lo que
pudieron jugar un papel crucial en restablecer el sistema ibérico el 28 de
abril. De hecho, la capacidad de interconexión de Francia con España supera los
niveles de la de Francia con Italia y Suiza[2].
Y todo ello sin olvidar que, en cualquier caso, nada más producirse el apagón,
Francia se desconectó automáticamente del sistema ibérico, con lo que se evitó
que este se extendiese por Europa (aspecto que parecen querer obviar).
Por tanto, construir más interconexiones no
se justifica técnicamente. También parecen ignorar deliberadamente que el
proyecto de línea de interconexión Burdeos-Gatika (Bizkaia) a través del Golfo
de Bizkaia (actualmente en construcción, hasta por lo menos 2028, a pesar de la
fuerte oposición ciudadana en ambos lados de la frontera) sumaría 2 GW de
capacidad, que se añadiría a otra línea similar en Catalunya
(Figueras-Perpignan), lo que aumentará la tasa real de interconexión por encima
del 15 %, un nivel más que suficiente y conforme al objetivo europeo para el
2030. No hay que olvidar, además, que su coste, de más de 3.100 millones de
euros (ya casi el doble de los 1.700 millones de euros previstos inicialmente),
será financiado por los consumidores y los contribuyentes. O sea, con mayor
exactitud: están financiando un lucrativo negocio del oligopolio eléctrico, que
importa nuclear barata desde Francia
para venderla cara a los
consumidores, al tiempo que exporta excedentes de renovable ¡a coste 0! En
definitiva, más que como necesario hilo de seguridad, como defiende REE, las
interconexiones interesan al oligopolio para lucrarse aún más.
No olvidemos tampoco que el regulador
energético francés declaró en 2024 que los dos proyectos de líneas de
interconexión por el Pirineo (Navarra-Landas y Aragón-Béarn, con una capacidad
total de 4 GW y un coste estimado —nunca cumplido— de casi 5.000 millones de
euros[3],
duplicado desde 2022) carecen de "beneficios socioeconómicos, aún inciertos,
debido a la incertidumbre sobre la aceptabilidad local y a los niveles de
refuerzo necesario". Además, crearían impactos muy severos para la
biodiversidad y los residentes de ambos lados del Pirineo (un territorio
especialmente sensible) sin mejorar significativamente la seguridad de la red
eléctrica.
De hecho, la necesaria seguridad eléctrica
para la electrificación de los usos energéticos, la reindustrialización y la
digitalización de la economía, dentro del objetivo de descarbonización a 2050,
debería centrarse realmente en una mayor armonización y coordinación europeas,
como ha subrayado la consultoría Aurora
Energy Research: "... una Europa interconectada requiere más que
infraestructura física. Necesita protocolos comunes, coordinación técnica supranacional
y una adaptación acelerada de los sistemas eléctricos a un nuevo paradigma
energético"[4].
Lo que también cuestiona el fallo de la red
de transporte eléctrico, gestionada por la privatizada REE, es su modelo híper
centralizado de despegue de las renovables, con mega centrales (de
multinacionales e inversores financieros) sin una adecuada planificación y que
sacrifican extensos espacios naturales y tierras de cultivo (incluidos olivos
centenarios), expropiadas aprovechándose, en nombre de una supuesta utilidad
pública, de una ley franquista de 1954, en beneficio de intereses puramente
privados. Vemos así, en contra de una transición energética supuestamente
ecosocial, cómo la España vaciada se vacía aún más (!) para exportar
electricidad a lejanos centros urbanos cuando podrían utilizarse espacios ya
artificializados o industrializados y tejados vacíos para generación en
autoconsumo (con baterías cuando resulte pertinente). Además, hay que tener
presente que las comunidades energéticas locales permiten involucrar a los
consumidores, profesionales y particulares en el ahorro energético, la
descarbonización y la adaptación al implacable cambio climático (ese es el
camino necesario para una auténtica e imprescindible transición ecosocial).
Estas generan una red más descentralizada, con múltiples fuentes de generación
renovable y con adecuados sistemas de estabilización, es decir, mucho más
robusta que una extensa y laxa red de transporte basada en líneas de muy alta
tensión que puede extender rápidamente los problemas a través de todo su
entramado (como comprobamos el 28 de abril).
El toque de atención del apagón debería ser
una clara oportunidad para el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto
Demográfico (que supuestamente defiende el interés general a largo plazo) de
restablecer estos fundamentos de la transición energética para garantizar
realmente la seguridad de la red y los intereses de los consumidores, y no solo
del oligopolio, de REE y de los inversores financieros, los únicos que se
beneficiarían de un aumento de las interconexiones para comerciar y aumentar
aún más sus desproporcionados beneficios.